Número 9
"Sin la oscuridad no conocerías a las estrellas y tampoco sabrías valorar cuando tienes a la luz"
lunes, 12 de diciembre de 2022
Estaba segura de que cuando volviera a verte daría media vuelta y no sentiría absolutamente nada, es más, fantaseaba toparme contigo, hacerte sentir el filo de mi indiferencia. Estoy segura de que nunca te amé, todos esos años en los que estuvimos juntas te encargaste de hacerme sentir que me habías parido por el orificio equivocado.
jueves, 4 de febrero de 2021
Día uno
Hay momentos muy específicos de mi vida en los que sentí que era el final, como ahora. Debiste haber aceptado mi invitación para tomar un café, pudimos haber arreglardo los malos entendidos, hubiéramos restaurado viejas heridas y continuar con nuestras vidas...
Pero te entiendo, se que anhelabas algo que no podía darte; yo solo quería ser tu amiga, sé que ahora lo entiendes, en fin, ya para que nos acordamos, la simple idea de pedirte que vayamos por ese café ahora, es demasiado pueril.
Ayer mi mente te trajo a colación, supongo que fueron esos tragos, entiéndeme, debo justificarme, intento demostrar que no es mi voluntad pensarte.
Debo confesarte que éste lugar es tuyo, debo admitir que tú has sido quizá, la razón por la que sigo esperando que regreses. Estoy delirando, perdón, tú sabes que no pretendo incomodarte.
Dijiste que necesitaba hacerme cargo de mi, afirmaste que era muy joven; deseo creer que soy más que un vago recuerdo en ti, sueño con que no evadas más mis recuerdos...
Estaba errada, lo sé, no pude haberme sentido más feliz al enterarme que te encuentras mejor que nunca, quiero que sepas que me sentí realmente angustiada al saber que tal vez no podrías despertar más. Ahora mírame, claro que debimos aprovechar.
Estoy desvariando, un olor a flores inunda mi ser, ahora soy yo quien te respira, quien te siente en la piel. Se que tenías razón, la soledad está causando estragos en mí, es el día uno y me siento afligida, no me queda más que rezar.
Es claro que te sigo conservando, te sigo echando de menos; está vez he logrado mi entrada al infierno, y por un instante fantaseo...
Con regresar el tiempo.
jueves, 5 de noviembre de 2020
viernes, 23 de octubre de 2020
Un coro celestial
Se como llegar a ti de la manera más humillante, cruzando ese abismo oscuro que durante tanto tiempo fue mi cruz.
Voy trasladándome sobre resquicios que nunca desaparecen, camino sobre ese suelo infértil y desolado, que me lleva hacia tus recuerdos, piso una a una todas esas cicatrices que dejó mi eterna lucha contra tus demonios y los míos...
Conozco a la perfección la ruta, y a pesar de estar tan familiarizada con ese lugar, sigue extrañándome el suelo que piso, los eslabones que tocó, el panorama que vivo.
Y así, llego hasta donde una vez fui mágicamente feliz e indudablemente miserable, cuento con alegría todas nuestras anécdotas desde la más sublime hasta la más escabrosa, regreso a casa agotada, con una nueva herida, esperando el momento para ir a buscarte una vez más.
Claro que sufro, el dolor es inevitable al recorrer ese sendero, esbozo sonrisas melancólicas y desisto de ti, regreso cansada, a mi rutina, con una nueva sutura.
Si, me duele, vuelvo a ese lugar por pura morbosidad; esto no me quita el sueño, pero es la única forma en la que decido conservarte.
miércoles, 27 de enero de 2016
Tus manos como neblina densa
Esa que con el más leve contacto te congela el alma.
Y tu mirada misógina, hace que caiga de rodillas suplicando tu perdón.
Tu sufrimiento silencioso me acosa a través de tu inseguridad, afiladas agujas que se entierran bajo mis uñas, mi percepción se nubla ante tu inestabilidad.
Y esa intermitencia que me proyectas, rebela mis miedos, roba mis sueños convirtiéndolos en tinieblas, el letargo de mi culpa.
Voy despacio sobre tu derredor, el camino de hielo frágil me sumerge de vez en cuando, el ciclo comienza nuevamente, hace que los minutos se vuelvan días, salir del bucle desgasta mi cuerpo.
Y las tácticas de supervivencia se me han terminado, el impulso, las tremendas ganas de superación se agotaron, mi cuerpo como tu suelo esta desgastado.
Y con todo el dolor de mi alma, con los raspones exteriores y todas estas hemorragias internas renuncio.
Quiero que sepas que renuncio a este estado de culpa, renuncio a este ya innecesario dolor, hasta aquí, en este sitio dejo de arrastrar esta cruz tan pesada.
Me marcho de esta toxicidad, RENUNCIO, a este estado, ¡comprendelo!, no a ti.
Y tu mirada misógina, hace que caiga de rodillas suplicando tu perdón.
Tu sufrimiento silencioso me acosa a través de tu inseguridad, afiladas agujas que se entierran bajo mis uñas, mi percepción se nubla ante tu inestabilidad.
Y esa intermitencia que me proyectas, rebela mis miedos, roba mis sueños convirtiéndolos en tinieblas, el letargo de mi culpa.
Voy despacio sobre tu derredor, el camino de hielo frágil me sumerge de vez en cuando, el ciclo comienza nuevamente, hace que los minutos se vuelvan días, salir del bucle desgasta mi cuerpo.
Y las tácticas de supervivencia se me han terminado, el impulso, las tremendas ganas de superación se agotaron, mi cuerpo como tu suelo esta desgastado.
Y con todo el dolor de mi alma, con los raspones exteriores y todas estas hemorragias internas renuncio.
Quiero que sepas que renuncio a este estado de culpa, renuncio a este ya innecesario dolor, hasta aquí, en este sitio dejo de arrastrar esta cruz tan pesada.
Me marcho de esta toxicidad, RENUNCIO, a este estado, ¡comprendelo!, no a ti.
viernes, 24 de julio de 2015
Nicotina.
Ligera humareda de ociosos humores. Toco y floto como vapor. Si lo imagino salto y caigo, después me remonto y vuelvo a soñar.
¿Recuerdas las notas que solo a ti te cantaba? ahora son cenizas, chamuscados ropajes del desnudo cuerpo, candente y encendido, de un cigarrillo. Lo miro y me pesa el aliento, lo pruebo y me deshago de ti.
Es ahora como vivo, ausente e irritado, como evitando al sol para apuñalarlo con la impotencia, con paso duro pero la cabeza baja. Me siento y vuelvo a fumar, exhalando recuerdos, palabras que nunca fueron dichas y, como siendo el precio perfecto, fragmentos de vida.
Así el fuego vuelve a su origen divino, se vuelve en herramienta de prueba, de pureza y de renovación. Lento, cadencioso, como prolongando la despedida, así vas saliendo poco a poco de mi vida. Tu cuerpo es ahora humo, tus dulces alientos en alquitrán y el poco amor que te quedaba en luz que se consume.
Y desprendido de todo, tendido sobre el techo de una pocilga suburbana, te sales de mí.
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¿Recuerdas las notas que solo a ti te cantaba? ahora son cenizas, chamuscados ropajes del desnudo cuerpo, candente y encendido, de un cigarrillo. Lo miro y me pesa el aliento, lo pruebo y me deshago de ti.
Es ahora como vivo, ausente e irritado, como evitando al sol para apuñalarlo con la impotencia, con paso duro pero la cabeza baja. Me siento y vuelvo a fumar, exhalando recuerdos, palabras que nunca fueron dichas y, como siendo el precio perfecto, fragmentos de vida.
Así el fuego vuelve a su origen divino, se vuelve en herramienta de prueba, de pureza y de renovación. Lento, cadencioso, como prolongando la despedida, así vas saliendo poco a poco de mi vida. Tu cuerpo es ahora humo, tus dulces alientos en alquitrán y el poco amor que te quedaba en luz que se consume.
Y desprendido de todo, tendido sobre el techo de una pocilga suburbana, te sales de mí.
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Dejaré de buscarte.
Motivos vagos de letras suicidas empotradas en sórdidos conciertos de ilusiones perdidas, hubiera dado lo mismo perderte que hallarte perfecta.
Desde ahora me da igual, porque no tienes mas que la oscura marca del vicio del cuerpo, la inexorable suciedad del mártir blasfemo, la cicatriz de haberse arrancado la razón a favor del portentoso bienestar de los sentidos.
Desprecio tu boca y desprecio tus palabras de esperanza, desprecio los ojos que una vez ame y desprecio la sombra de tu alegría, maldigo el cuerpo que me había sido bendición y ahora es carroña, maldigo aun mas el ultimo beso marcado con el signo de la culpa envuelta en buenas intenciones.
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miércoles, 22 de julio de 2015
Tu ausencia
Es
un efecto sinestésico mágico
Que
me envuelve
Que
me llena y me envenena
Con
sus lunares rosados y sus purpuras radioactivos
Que
se filtran a través de mi olfato
Que
toman forma a través de mi vista
Distorsiona
la realidad
Marca
una línea entre lo etéreo y lo boreal
Con
sus gamas de grises pálidos y blancos brillantes
Con
la profundidad de sus negros y lo cálido de sus naranjas
Me
provocan un mareo intenso la neutralidad de sus marrones
Vomito
verdes, derramo lagrimas azules
Es
la sinestesia de tu ausencia
Instrumento
Tú el hombre escondido
Tú quien desea arreglar mi
mente
No te preocupes por mí
Hoy que te encuentras
ausente
Te arrastrabas alrededor de
mi cama
Porque decías tener miedo
Podías oler mi sangre
Podías saborear mi carne
Podría escuchar de razón
O dejar que me siga quemando
Perdida en la frialdad de tu
mente
Ausente en la calidez de tus
brazos
Me niego
A seguir escribiendo tú
historia
Me aterra la idea de
continuidad
¿Alguna vez te sentiste
triste?
Lo veo, hoy que decidí
flaquear
Me encuentro cayendo de
nuevo
Siempre en el mismo lugar
Debo tomar otra senda
Pero siempre decido regresar
Deseo que la vergüenza te
queme
Que la duda te sumerja en el
mar
Llegará el día, espero
En que este cuento terminará
Has de conseguir la cuerda
Que abrazará tu cuello
dulcemente
Mis sueños volverán a tu
cabeza
Nuestros momentos acariciaran
tu mente
Y esa serpiente que te
estrujará lentamente
Te inyectará aquel veneno
letal
Ninguna palabra más
pronunciará tu boca
Tu cuerpo no pertenecerá a
nadie más
Voy a enterrar tu
insuficiencia
En lo profundo de mi jardín
Traté de ser paciente, ¡lo
juro!
Para no verte partir
No puedo hablar ni escuchar más
No eres nada
Comencemos a arder
Comencemos a desaparecer
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