Tú el hombre escondido
Tú quien desea arreglar mi
mente
No te preocupes por mí
Hoy que te encuentras
ausente
Te arrastrabas alrededor de
mi cama
Porque decías tener miedo
Podías oler mi sangre
Podías saborear mi carne
Podría escuchar de razón
O dejar que me siga quemando
Perdida en la frialdad de tu
mente
Ausente en la calidez de tus
brazos
Me niego
A seguir escribiendo tú
historia
Me aterra la idea de
continuidad
¿Alguna vez te sentiste
triste?
Lo veo, hoy que decidí
flaquear
Me encuentro cayendo de
nuevo
Siempre en el mismo lugar
Debo tomar otra senda
Pero siempre decido regresar
Deseo que la vergüenza te
queme
Que la duda te sumerja en el
mar
Llegará el día, espero
En que este cuento terminará
Has de conseguir la cuerda
Que abrazará tu cuello
dulcemente
Mis sueños volverán a tu
cabeza
Nuestros momentos acariciaran
tu mente
Y esa serpiente que te
estrujará lentamente
Te inyectará aquel veneno
letal
Ninguna palabra más
pronunciará tu boca
Tu cuerpo no pertenecerá a
nadie más
Voy a enterrar tu
insuficiencia
En lo profundo de mi jardín
Traté de ser paciente, ¡lo
juro!
Para no verte partir
No puedo hablar ni escuchar más
No eres nada
Comencemos a arder
Comencemos a desaparecer
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